ENERGIAS VITALES

Energía Masculina Es la Energía que se aloja en nuestro hemisferio izquierdo. Rige la parte derecha de nuestro cuerpo. Es una energía vital. Esta vinculada a la lógica y al raciocinio. Albergada y representada en principio en el cuerpo del hombre, para ser mostrada con todas sus características. Pero tiene como finalidad ser activada también en el cuerpo de la mujer, activándose de igual manera desde su hemisferio izquierdo. Algunas de sus características principales son:
-Practicidad
-Acción
-Es guiada por el intelecto
-Creación
-Constructividad material
-Es lineal, carente de intuición
-Proveedor para mantener el poder
-Desvinculado de los afectos
-Su móvil es Yo protejo y proveo para dirigir y así mantener el control
-Muestra el vivir para sí…

Energía Femenina: Es la energía alojada en nuestro hemisferio derecho pero rige la parte izquierda de nuestro cuerpo. Es también una energía vital. Esta vinculada con los sentimientos, las emociones y la intuición. En principio es albergada en el cuerpo de la mujer, más es concientizada y albergada también en el cuerpo de un hombre, activando así su hemisferio derecho. Algunas de sus características son:
-Le da forma, color, sabor y aspecto a la racionalidad y el intelecto
-A los sentidos
-Pasiva en su creación
-Desarrolla el sentir y la intuición
-Emotiva, tierna, tolerante
-Vinculada a los afectos

Energía de la Diosa: Se aloja en la columna vertebral. Despierta la conciencia de deidad sobre la tierra. Se asocia con la estima, la valía y el propio poder de lograrlo todo.
Algunas de sus características son:
-Me amo por sobre toda las cosas
-Logro lo que deseo
-Egoísta
-Intelectual
-Lineal
-Desvinculada de los afectos
-Carente de intuición
-Audaz
-Creativa
-Poderosa
-Sin miedos

AFIRMACION Y REAFIRMACIÓN DE LAS ENERGIA
Hay dos cosas, dos estados, en los que la existencia, la vida, no nos permite permanecer. No podemos de ninguna manera reprimir una energía dentro de nosotros que quiera aflorar o manifestarse, tampoco podemos permanecer en una de ellas. Pero como reconocemos estas energías en nosotros para Un despertar de Conciencia. Son tres las energías que están destinadas a ser albergadas dentro de nosotros y no una o dos, si esto sucediese cojearíamos lo que tendría como consecuencia el que se nos manifiesten escenarios muy fuertes a nuestra vida, para que ellas sean resquebrajadas y puedan así darle cabida a las otras.
No existiríamos en armonía, si por ejemplo integramos solo la energía femenina, te explico, entre sus características esta energía es pasiva, solo siente, no tiene fuerza para accionar, y de las acciones dependen nuestras metas materiales.
Ahora podemos identificarlas si nuestro comportamiento es el siguiente fíjense bien:

Energía Femenina: Esa madre, esa abuela, esa tía que solo sirve para servir a los hijos o al marido, generalmente ama mas a los demás que así misma, creándose así misma un cautiverio energético. Puede que algún día despierten y quieran liberarse, entre tanto actúa de esta forma: Yo que di mi vida, que no hice otra cosa que velar por ti y ahora te vas!….o toda la vida amando a ese hombre y mira como me pagó!.
Estas experiencias forman parte de un femenino bien reafirmado, que de querer cambiarlo o despertar lograrían hacerlo, solo necesita integrar esa Diosa o ese Masculino, esas dos fuerzas vitales y así lograr ocuparse de sí misma.

Energía Masculina: Desde la energía masculina reafirmada generalmente vivimos para trabajar y construir en nuestro afuera, en el mundo material, somos grandes proveedores materiales, dotados de una gran responsabilidad, con una mente aguda y tenaz. Sabemos poco de los asuntos del alma, generalmente tenemos nuestra energía femenina aprisionada, por ende no creemos en la magia de sentir. Actuamos de a siguiente manera en cuerpo de hombre o de mujer: De que se quejan si lo tienen todo! No hago más que trabajar para que nos les falte nada! Dejen de reclamar tanta tontería! Pongámonos todos a trabajar y a estudiar para que nunca tengamos carencias económicas!

Energía de la Diosa: Cuando nos reafirmamos en la energía de la Diosa, sin el sentir desarrollado. Usamos a los semejantes que nos rodean solo como un objetivo, el tiempo que lo consideremos necesario. Seducimos, manipulamos y logramos a o largo de nuestra vida sin involucrar de manera importante la integridad, la emotividad, el sentimiento profundo, la ternura, la inocencia. Alcanzando de esta manera, tejer con redes muy firmes una vejez solitaria, ya sin los atractivos físicos que caracterizan esa energía, escondidas por los rincones y llenas de una gran frustración y vacio. La caída del reinado de una Diosa (en cuerpo de hombre o de mujer) es uno de los escenarios más tristes que podamos apreciar.